Ocho preceptos mahayana y cuatro preliminares

Los beneficios de tomar la ordenación mahayana y guardar los ocho preceptos por tan solo veinticuatro horas son infinitos porque, en el mahayana, la motivación para hacerlo es la bodichita. La ordenación nos protege, al desviar nuestra mente de la tendencia a crear acciones negativas con el cuerpo, la palabra y la mente, de los problemas y sufrimientos que resultan de tales acciones.
Guardar los preceptos da lugar a que la mente negativa surja con menor intensidad y frecuencia. Por lo tanto creamos menos karma negativo y purificamos el que ya se ha creado en tantas vidas previas. Al ocurrir esto recibimos realizaciones de las meditaciones.
Los cuatro preliminares son muy importantes porque es un entrenamiento mental que ayuda mucho a vencer la pereza y adquirir una disciplina. Tenemos mucho karma negativo acumulado y poco mérito, por eso debemos hacer la práctica de los cuatro preliminares, porque estos nos sirven de gran ayuda para purificar por un lado y acumular méritos por otro.
Tienes un cuerpo, tienes una mente; la mente es la dueña, el cuerpo es su compañero; se tienen que ayudar mutuamente y trabajar juntos para acumular méritos, para crear acciones positivas. Tenéis que intentar hacer cada vez más postraciones largas, más mandalas, el mantra de las cien sílabas, refugio… No solo leer, porque solo la lectura es algo seco; uno puede saberlo todo pero mantener los engaños igual de fuertes.
Tenemos que aprovechar este renacimiento humano con tantas cualidades y no solo usarlo para comer, vestirse, acumular riquezas, cuidar a la familia… Solo eso no es suficiente, eso también lo hacen los animales, las vacas, los pajaritos… Cuidan sus vidas, buscan comida, cuidan a sus hijos, hijas… Como dijo Shantideva: «Durante todas nuestras vidas hemos cuidado el cuerpo, pendientes de la comida, de la ropa.., que lástima, cuando morimos no nos llevamos nada de eso. Ahora sabemos que el cuidado de este cuerpo es para utilizarlo en la acumulación de mérito, utilizarlo para el servicio a los demás, para hacer buenas cosas».